¿Es impagable el sistema de salud público español?

El gasto público español no es desmesurado, Al contrario, se sitúa cinco puntos por debajo de la media, el 45,6% del PIB frente al 50,6% de la UE y el 51.3% de la zona Euro. Nuestra sanidad es una de las más baratas de Europa Occidental. Cuesta unos 1.500 euros por persona y año.

Si medimos el gasto en porcentaje del PIB también es de los más contenidos (6.25), bastante menos de lo que pagan franceses (2.553€ y 8,48), alemanes (2.393€ y 7,92), holandeses (2.691€, 7,42) o belgas (2.432€ y 7,55).

El modelo español es también uno de los más eficaces. Tenemos una de las carteras de servicios más amplias del mundo con cobertura universal. Además, nuestros indicadores de salud también están entre los mejores: por ejemplo, en esperanza de vida, en tasas de vacunación infantil o en trasplantes.

Gracias a los sistemas de prevención, la mortalidad por cáncer de mama, por ejemplo, es casi un 24% inferior a la media de la UE. Que nuestra sanidad pública sea tan eficaz como barata significa que es una de las mejores del planeta, como así se reconoce en el exterior. Además, desmiente dos falsedades: que el sistema sanitario español sea un lujo insostenible y que lo privado funcione siempre mejor que lo público.

Modelo fiscal desastroso

¿Es la sanidad española impagable? Sin duda, pero es una sanidad impagable por su calidad, no porque no nos la podamos permitir. No es cierto que el Estado del Bienestar sea insostenible o que las autonomías sean demasiado caras o que hayamos vivido por encima de nuestras posibilidades.

El problema está en nuestro desastroso modelo fiscal. Las administraciones públicas recaudaron un 32,9% del PIB. Son nada más y nada menos que 6,7 puntos menos que la media de la UE 27 (39,6% del PIB). 10,8 puntos menos que lo que se recauda en Francia o 9,7 puntos menos que en Italia, siempre en proporción sobre el PIB. A nivel de toda la Unión Europea, solo en Irlanda (con su agresiva política fiscal para empresas) y en algunos países de Europa del Este –en concreto, Polonia, Rumania, Letonia, Bulgaria y Lituania – se pagan menos impuestos. España recauda poco, pero, paradójicamente, figura en el listado de los países donde más pagan las personas asalariadas (a pesar de que los sueldos sean también inferiores a la media).

Efectos de los recortes en Grecia

El investigador de la Universidad de Oxford, David Stuckler publicó un artículo en British Medical Journal (una de las revistas médicas de referencia mundial) que ponía de manifiesto la relación entre el gasto de los gobiernos en servicios sociales y la mortalidad.

Se establece una relación entre gasto social y mortalidad general, lo que vendría a demostrar que la protección de ciertos derechos básicos es fundamental para la población y, sobre todo, para aquellos grupos más vulnerables. El pasado octubre médicos griegos publicaron en The Lancet(otra de las revistas más famosas en el ámbito médico) un artículo que analizaba las consecuencias de la crisis de la deuda en Grecia.

Disminuyó el número de pacientes que acudió a su Centro de Salud aún a pesar de considerar necesaria la visita, debido a las listas de espera o los desplazamientos a larga distancia.

Por el contrario, el número de ingresos hospitalarios aumentó un 24%. la admisión en hospitales privados disminuyó entre un 25 y 30%. La tasa oficial de suicidios aumentó un 17% en el periodo 2007-2009 y el Ministro de Salud griego informó de un incremento del 40% entre el primer semestre de 2010 y el correspondiente a 2011. las tasas de homicidio y robo casi se duplicaron entre 2007 y 2009.

El impacto en infecciones por VIH, según los últimos datos (que cifran el aumento de nuevas infecciones durante los primeros 7 meses de 2011 en 10 veces sobre el mismo periodo para 2010), se incrementará en un 52% en el año 2011, atribuyéndose la mitad de estas nuevas infecciones a usuarios de drogas por vía parenteral. Por otro lado, el número de usuarios de heroína aumentó un 20% en 2009. A ello habría que sumar una reducción del 30% de los programas de intervención comunitaria, que ayudan a este tipo de colectivos.

Hay alternativas

Las políticas sanitarias, especialmente en momentos de crisis, habrían de abordar la salud de la población desde la intervención en otras áreas que no pertenecen exclusivamente a la medicina, potenciando la atención primaria y los programas de promoción de la salud. Extrañamente, y por desgracia, esta idea parece excluida dentro del ideario político mayoritario.

La inversión en atención primaria, en programas de promoción de la salud y las políticas de disminución del gasto farmacéutico han de convertirse en los ejes vertebradores de las reformas sanitarias en momentos de crisis. No debemos olvidar, tampoco, que la base y aposento de estas ideas habría de encuadrarse en un decidido intento de acabar con la evasión fiscal, la disminución injustificada de determinados impuestos y el clientelismo político. La solución más inteligente en términos de planificación sanitaria y reducción del déficit público pasa por:

1- Mejorar la eficiencia de la atención hospitalaria, basando la práctica clínica en criterios de excelencia y evidencia científica disponible.

2- Redistribuir la inversión sanitaria hacia una atención primaria infrapresupuestada.

3- Homogeneizar la inversión en sanidad, desarrollando presupuestos finalistas para las autonomías y estimando los principales determinantes de la evolución del gasto a este respecto.

4- Formar a los profesionales sanitarios en un modelo asistencial que tenga en cuenta la complejidad actual del proceso de enfermar, haciendo especial hincapié en el debate sobre las fronteras legítimas de la medicina y la interdependencia de numerosos factores, incluyendo los de índole social, en este proceso.

5- Fomentar y elaborar programas de atención sociosanitaria fuera del ámbito hospitalario que puedan hacer frente de forma sostenible a los problemas de salud de la población.

Los datos que sustentan este artículo se encuentran publicados en las webs de la Plataforma por una Sanidad Pública Sostenible, de la OMS y de Eurostat.

Eduardo Garcia Langarica

Presidente medicusmundi araba / alava